Existen muchas maneras de consumir flores de CBD: por inhalación, infusión, aceite, tintura, parches tópicos, capsulas… Hoy queremos hablarte de cómo hacer una rica infusión de marihuana CBD en tu casa: sencillo, efectivo y muy saludable.
Detalles a tener en cuenta antes de ponerte manos a la obra
Cada manera de consunción de CBD tiene sus particularidades. En el caso de las infusiones, hay que tener en cuenta que nuestro organismo realiza otras funciones metabólicas, en comparación con la inhalación, por ejemplo. Los efectos de una infusión se manifiestan de una manera gradual, y por eso duran más en el cuerpo también.
Cuando consumimos infusiones u otros comestibles hechos en base de marihuana CBD es muy importante ser pacientes: dado que hay un proceso de digestión, los efectos pueden tardar hasta dos horas (según el cuerpo de cada uno) en hacer efecto.
Si sientes que tu cuerpo está tardando mucho en absorber el CBD no te preocupes: en estos casos, menos es más. Mejor esperar al menos una hora y luego, si vemos que queremos un efecto más fuerte, repetimos con una dosis más. De esta manera controlaremos bien los efectos y evitaremos dar de más a nuestro cuerpo.
Es una opción ideal para beneficiarnos del CBD durante el día, para relajarnos y aliviar dolores.
El CBD no es soluble en agua. Es liposoluble, eso significa que debemos añadir un componente graso (mantequilla, leche entera, aceite de coco…) a nuestra infusión, para que se disuelva bien la molécula que queremos que nuestro cuerpo absorba.
Además, es necesario un proceso llamado descarboxilación a fin de que el CBD actúe con nuestro organismo. En la combustión, eso ocurre de manera natural, ya que quemamos las flores al fumarlas.
En el caso de la infusión, lo haremos dejando hervir (20 a 30 min) a fuego muy, muy lento la mezcla de nuestra receta.
Ahora sí, vamos a ello!
Ingredientes
- 1gr de tus cogollos favoritos (puedes añadir más gramos para un efecto más fuerte)
- 4 vasos/tazas de agua, leche entera de vaca, leche vegetal: avena, almendra…
- 1 cucharada de grasa animal o vegetal: mantequilla, aceite de coco, aceite de oliva… (si usas leche entera, no es necesario añadir la grasa, puesto que ya tiene suficiente)
- Miel, azúcar, canela, edulcorante, vainilla, alguna otra hierba de tu elección (opcional, para dar sabor y endulzar)
Si usas solamente agua, es muy importante añadir algo de grasa animal o vegetal.
Elaboración
- Vertemos el líquido que hayamos escogido: leche animal/vegetal o bien agua en una cazuela. Lo calentamos hasta que llegue a ebullición.
- Picamos/grindamos los cogollos, para poder añadirlos a la leche/agua.
- En el punto de ebullición (cuidado con la leche que va muy rápido) añadimos los cogollos picados a la mezcla.
- Removemos bien y dejamos cocer a fuego muy lento durante 45 minutos aproximadamente.
- Retiramos del fuego y colamos la mezcla con un colador para retirar los restos de cogollo.
- Añadimos azúcar, miel u otros ingredientes y… ¡A disfrutar!
Otra opción algo más sencilla, consiste en llevar a ebullición agua con grasa o leche, retirar del fuego, verter en un vaso y añadir el cogollo al líquido calentado. Cubrimos la taza o el vaso con un papel film y dejamos reposar durante 1 hora.